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Federaciones internacionales y Estados soberanos: tensión “bajo el mar” El Consejo de Estado Francés retira la competencia del órgano reconocido por la CMAS en el país galo para el desarrollo del deporte “pesca submarina”
Elena Borrás (Coordinadora Internacional IUSPORT)
La Confederación Mundial de Actividades Subacuáticas (CMAS) creada en Mónaco en 1959 bajo la Presidencia del Comandante J. J. Cousteau, reagrupa las Federaciones y las Asociaciones u Organismos nacionales que actúan en el área de la inmersión y que se ocupan de las actividades deportivas relacionadas con ésta. La CMAS ejerce como organismo supremo a nivel internacional para la pesca submarina, y cuenta con más de 160 miembros (101 Federaciones Nacionales, y 60 Asociaciones que no ostentan todavía dicha condición). La CMAS está reconocida por el Comité Olímpico Internacional como Federación Internacional de Actividades Subacuáticas (“Confédération Mondiale des Activités Subaquatiques”). No es deporte olímpico pero sí reconocido por el COI. La CMAS está igualmente afiliada a la Asociación General de las Federaciones Internacionales Deportivas (GAISF) y a la Asociación Internacional de los Juegos Mundiales (IWGA). El Consejo de Estado Francés anuló el 11 de junio de 2010 la delegación de la CMAS para pesca submarina en Francia. El Consejo de Estado, que actúa sobre un recurso formado por diez demandantes individuales, ha anulado el decreto del 15 de diciembre 2008 reiterando la delegación prevista en el Código del Deporte a la Federación Francesa de Estudios y de Deportes Submarinos para la Pesca Submarina. El Consejo de Estado dictaminó que el Ministro de Deportes había cometido un Error de Derecho en cuanto a que delegó un servicio público a una Federación que se niega de forma deliberada a organizar las competiciones de la disciplina en cuestión. Esta decisión supone apoyar claramente a los grandes atletas franceses de la pesca submarina, que han visto sus carreras deportivas sacrificadas, lo que les llevó a crear una Federación “paralela”, dada la negativa de la existente a preparar campeonatos de pesca submarina, entre otros desacuerdos. Con un pasado lleno de conflictos entre el mundo de la pesca submarina y la CMAS, esta decisión constituye un paso histórico: en palabras de Robert Mauries (miembro del equipo francés de pesca submarina), "es una señal para todos aquellos que trabajan para la pesca submarina y su defensa, consiguiendo su derecho a existir y a decidir libremente su destino". Con su estructura, única en Europa, la FNPSA (Fédération nautique de pêche sportive en apnée, “nueva” Federación Francesa de pesca submarina), está ahora en condiciones de pedir al Ministro de Salud y Deportes el reconocimiento oficial necesario para la protección de la pesca submarina. Se espera mejorar los servicios de formación, así como promocionar prácticas cada vez más respetuosas con el medio ambiente. Este acontecimiento demuestra una vez más la tensión entre las organizaciones privadas que ejercen de entidades internacionales deportivas y la soberanía de los Estados en cuanto a la organización del deporte y de sus competiciones como elemento social y deportivo. Trasladándolo a un deporte que los juristas estamos más acostumbrados a contemplar (y que tiene una magnitud económica y social infinitamente superior a la pesca submarina) como es el fútbol, podríamos estar por ejemplo ante el caso siguiente: el Consejo Superior de Deportes retira a la RFEF (o a la LFP) sus competencias y potestades públicas delegadas por la falta de organización de una determinada competición deportiva, o por la mala gestión del ente en sí. Solamente cabe recordar la reacción por parte del organismo internacional (FIFA) ante casos como el de las elecciones a nuestra RFEF, el caso de la Federación de Fútbol Griega o los más recientes casos de las Federaciones de Fútbol Francesa y Nigeriana, donde no se dudó por parte de la asociación privada sometida a derecho suizo de trasladar una “advertencia” o “amonestación verbal” a sus correspondientes organismos miembros (Federaciones Nacionales) por dejarse “influir” o permitir “injerencias gubernamentales” en sus respectivas competencias. Está claro que no son supuestos comparables, pero le surge a uno la duda del rumbo que en ocasiones debería tomar el deporte: encontramos pocos partidarios de que un organismo privado extranjero controle totalmente a una federación nacional que al fin y al cabo ejerce potestades públicas por delegación; pero por otra parte, reconozcámoslo: ¿quién mejor que la federación internacional de un deporte conoce lo que le conviene al mejor desarrollo y promoción del mismo? Fuentes:
http://lapescasubmarina.com,
http://www.fedas.es/cmas.htm,
www.olympic.org. 11 de agosto de 2010 *Elena Borrás es Abogada especialista en Derecho Deportivo, Adjunta a Dirección del Master Int. en Derecho y Gestión Deportiva ISDE-IUSPORT, vocal del Comité Nacional de Competición de la Real Fed. Española de Balonmano y forma parte del departamento de Gestión de la Federación Nacional de Empresarios de Instalaciones Deportivas (FNEID).
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